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Niñez migrante en los contextos educativos

Niñez migrante en los contextos educativos

Autor: David Sucre

La historia de la humanidad se ha caracterizado por los desplazamientos de los individuos de un lugar a otro y, por la búsqueda de satisfacción de necesidades y oportunidades favorables. La migración puede ser propiciada por factores personales y culturales y no debe ser considerada como un proceso individual, debido a que abarca a la vida pública y privada, a la familia y a la geopolítica de países y continentes (Organización Internacional para las Migraciones, 2004; 2013; Rivera, Obregón, Cervantes y Martinez, 2014). La migración puede asociarse con malestar psicológico específico por el proceso adaptativo que implica, así como a las dificultades en la detección y tratamiento de dicho malestar por el desconocimiento de los profesionales de la salud, por ello es importante generar y desarrollar habilidades y destrezas en el campo de la Inteligencia Migratoria (Abreu y Splendiani, 2018; Achotegui, 2000; 2004; 2009; 2018; Alvarado, 2008; Corao y Mila, 2016; Czechowicz, Peña, Hernández y Zuloaga, 2014). El contexto escolar es un escenario de construcción de aprendizajes y de intercambio de culturas, los niños y jóvenes migrantes hallan en la escuela y colegio un territorio geográfico para desarrollar inteligencia emocional y migratoria. Por tales motivos, en el presente estudio se planteó la posibilidad de construir significados a los entornos escolares, a través del discurso de niños y adolescentes venezolanos, residenciados en la ciudad de Quito, escolarizados y pertenecientes a familias nucleares o monoparentales, con miras a desarrollar conocimiento científico en el campo psicosocial y educativo (Castro, 2009; Minuchin, Nichois y Lee, 2011; Vera, Gonzales y Alejo, 2011; Franco, 2017).

Marco Conceptual:
Emigrar consiste en ir de un lugar a otro, con el propósito de mejorar las condiciones de vida, dado que aspectos como el trabajo, la salud, alimentación u otros servicios, no son los adecuados en el país de origen (Rivera, et al., 2014).
La emigración puede ser entendida como una experiencia traumática, la cual se manifiesta cuando el individuo se separa de su lugar de origen o cuando llega al nuevo entorno, generándose factores determinantes de ansiedad y de tristeza y, un cuadro de trauma acumulativo y de tensión, con reacciones no siempre visibles, pero con efectos duraderos y profundos (Grinberg y Grinberg, 1996).


Al fenómeno migratorio le acompañan una serie de duelos que implican la reelaboración de las relaciones que el individuo ha establecido con su país de origen; al salir de su nación, el emigrante debe mantener esos vínculos porque a través de ellos se expresa su identidad y su personalidad, y a la vez deberá desarrollar la capacidad para generar nuevas relaciones en el país que lo acogerá (Achotegui, 2000; 2004; 2009; 2018).


El duelo migratorio tiene características fundamentales, una de ellas asociadas a que el país no desaparece, no muere; está en otro lado y prosigue su existencia. Adicionalmente quien emigra decide dejar al país, y en este caso corre el riesgo de ser olvidado (Prengler, 2004).


La migración puede ser concebida como un factor de riesgo para la salud mental; debido a que produce demandas e implica respuestas del individuo, por tanto, los efectos que produce en cada ser humano son diferentes, aunque en la mayoría de los casos es un proceso traumático, donde entra en juego la identidad y pone en mayor riesgo a niños y adolescentes, quienes deben realizar esfuerzos psicológicos de reorganización para poder adaptarse a las nuevas exigencias del nuevo entorno (Castro, 2011).
El proceso migratorio trae cambios también para el país de acogida, aunque pueden considerarlo como una oportunidad de recibir nuevas ideas, los individuos del país que recibe pueden tener la sensación de haber sido invadidos, a su vez experimentan una amenaza a su propia identidad ante las novedades del inmigrante, lo que puede traer consigo la xenofobia (Prengler, 2004).
En el contexto venezolano, las personas se encuentran dispuestas a huir de su país y refugiarse en otro en cualquier circunstancia, a cambio de mejorar y escapar su situación de crisis, especialmente económica. Esto se debe a que, los habitantes de Venezuela se han visto forzados a desplazarse de espacios de inseguridad, de lugares en los que los derechos humanos no son respetados, intentando huir ya sea por miedo, falta de productos básicos, desempleo y escasez (Páez, 2016; Arellano, 2018).


Para tener éxito en el proceso migratorio los emigrantes deben contar con competencias culturales, las cuales toman importancia en situaciones en las que es necesario interactuar con personas de bagaje cultural diferente; independientemente del tipo y nivel profesional que se tenga, es necesario desarrollarlas para lograr una mejor adaptación al nuevo ambiente. Estas competencias, pueden originarse en espacios educativos inclusivos y abarcan la estabilidad emocional, resiliencia, autonomía, aceptación por la diversidad cultural y la presencia de vínculos (Bennett y Bennett, 2004; ChiYueChiu y Ying-Yi Hong, 2007; Castro, 2009; Castro, 2011).


Las competencias culturales ayudan a niños y jóvenes migrantes en su proceso de aculturación y los contextos educativos deben generar en la comunidad dichas habilidades para una inclusión adecuada de estudiantes extranjeros en el mundo escolar.
Investigación:


Partiendo de los postulados paradigmáticos del construccionismo (Gergen, 1996), se considera al contexto educativo como un entorno de interacción y aprendizaje para los niños y adolescentes migrantes en la ciudad de Quito. En el escenario escolar, la realidad es una construcción social creada de acciones y diálogos de múltiples actores con sus singularidades y subjetividades (Banister, et al., 2004; Vera, Gonzales y Alejo, 2011) por ello, la realidad desde esta postura deja de ser absoluta y sólo puede ser conocida a través de las descripciones y distinciones de los niños y adolescentes participantes del presente estudio.
Así, el relativismo del construccionismo genera diversas realidades sociales provenientes de la mente humana, pudiendo estas modificarse con el paso del tiempo y con la adquisición de experiencia. Desde dicho paradigma, las relaciones anteceden a los individuos (Gergen, 1996) y las palabras adquieren significados en el contexto de una relación. Los niños y adolescentes migrantes participantes de esta investigación comprenden y se relacionan con el mundo escolar desde la construcción social y la interacción que existe entre la escuela y la condición de ser extranjero en una ciudad andina como Quito.


Desde lo ideográfico de cada niño y adolescente migrante y con una metodología cualitativa (Taylor y Bogdan, 1994; Sandoval, 2002; Banister, et al., 2004) el mayor interés de la presente investigación se enfocó en los significados otorgados (Bruner, 1990) por los casos entrevistados al contexto escolar, respetando la particularidad de cada uno desde lo ontológico, epistemológico y metodológico (Guba y Lincoln, 1994). Por otra parte, la aproximación del investigador se sustentó en la hermenéutica y dialéctica y, en la interacción con los participantes con la finalidad de aproximarse a la comprensión de los significados otorgados a los contextos educativos por infantes y jóvenes migrantes.


Considerando lo expuesto, los participantes del presente estudio se seleccionaron intencionalmente a través de un muestro teórico, cualitativo, logrando una muestra de participación de cinco (05) niños y adolescentes de nacionalidad venezolana, residenciados por más de un año en la ciudad de Quito, escolarizados formalmente en instituciones educativas públicas o privadas y pertenencientes a familias nucleares completas o monoparentales (Minuchin, Nichois y Lee, 2011).


La muestra se conformó por dos niños de 07 y 10 años de edad, por una púber de 12 años de edad y por dos adolescentes, una joven de 14 años de edad y un adolescente de 16 años de edad. El contexto de recolección de la información se llevó a cabo a través de encuentros individuales con cada participante, en un espacio privado que generará confianza; con los niños se empeló la técnica del juego en psicoanálisis (Aberastury, 1991) y con los adolescentes se consideraron las recomendaciones para realizar una entrevista desde el mismo enfoque psicológico dinámico (Aberastury y Knobel, 1971).


La técnica cualitativa empleada en el estudio fue la entrevista a profundidad (Taylor y Bogdan, 1994; Sandoval, 2002) y la hora de juego psicológica (Aberastury, 1991) como herramientas para acceder a la información con previo consentimiento informado de los representantes legales de cada participante, resguardando confidencialidad, respeto y compromiso académico por parte del investigador y la participación voluntaria al estudio por parte de los niños y adolescentes migrantes.


El método de análisis utilizado para la interpretación de los resultados se basó en los postulados de Bruner (1990) y de Gergen (2007) se empleó el método de análisis de comparación enunciado en las estrategias de interpretación de la teoría fundamentada, dicho proceder permitió generar un modelo de significados del contexto educativo en niños y adolescentes migrantes en la ciudad de Quito.

Análisis de Resultados:
El significado otorgado por los niños y adolescentes migrantes al contexto educativo se relaciona con tres grandes temas, para todos los casos y en función del desarrollo psicológico de cada participante, los mismos significan a la escuela y al colegio y relacionan su experiencia desde: (a) Un desarrollo de la Inteligencia Migratoria, (b) Apoyo de redes familiares y de sujetos receptores de la nueva cultura y (c) Ambiente Escolar Inclusivo.


Para los niños y adolescentes entrevistados una variable importante en la construcción del significado de un ambiente escolar es el desarrollo óptimo de la Inteligencia Migratoria. Los niños entrevistados argumentaron que requerían de herramientas, habilidades, destrezas y conocimientos para poder sobrellevar afectivamente la migración. Por otra parte, la púber y los adolescentes de la muestra creen que poseen buenas habilidades para desenvolverse en el ambiente escolar, sin embargo, consideran que las destrezas habidas no son suficientes para lograr un adecuado proceso de adaptación al colegio.


En todos los casos, la presencia de cuadros psicológicos como el estrés aculturativo y el Trastorno Afectivo Migratorio repercute como un riego para no lograr una óptima adaptación al contexto escolar. Por otra parte, la dificultad para poder entablar diálogos con niños y adolescentes no-migrantes, vulnera al infante y al joven extranjero y lo ubican en una situación de exclusión social y de propensión a señalamientos y agresiones de tipo xenofóbicas (Czechowicz, Peña, Hernández y Zuloaga, 2014). Por otra parte, la concientización de los duelos que acompañan al propio proceso migratorio si bien quebranta el psiquismo de los niños y adolescentes migrantes, transforma y matiza la experiencia de estar lejos del país natal y reconstruye y resignifica la experiencia traumática de encontrarse en otras fronteras y alejado de los vínculos más significativos del país de origen, fomentando un camino de cura al cuadro psicológico (Abreu y Splendiani, 2018; Achotegui, 2000; 2004; 2009; 2018; Frick, 2000).


El segundo tema relacionado a la construcción de un significado al contexto educativo por niños y adolescentes migrantes se vincula con las redes de apoyo familiar y externa al núcleo de parientes. Los participantes entrevistados expresan nostalgia por los vínculos consanguíneos dejados en el país de origen, por otra parte, manifiestan dificultades en el proceso de aculturación para construir una red de apoyo de amigos, algunas de ellas se conforman de coterráneos residenciados en la ciudad de Quito y otras pocas se nutren de individuos nacidos en el nuevo entorno. Los adolescentes de 14 y 16 años exhiben un complejo proceso de duelo, ya que atraviesan por las pérdidas típicas de su etapa evolutiva (Aberastury y Knobel, 1971; Blos, 2011), más las provocadas por la migración, dicha situación dificulta el establecimiento de relaciones afectivas con pares no-migrantes y en ocasiones generan que el entorno escolar no contribuya a su desarrollo socio-afectivo (Navarro y Rodríguez, 2003).


Cuando el ambiente educativo se torna hostil y se transforma en un factor de riesgo por no contar con las redes de apoyo necesarias, en el desarrollo psicológico del adolescente migrante surgen cuadros de perturbación psicológica como la conducta de autolesionarse, síntomas de tristeza e ideaciones con intentos suicidas y cambios drásticos en la consolidación de la identidad (Grinberg y Grinberg, 1993; Castro, 2009; Migdyrai, 2010; Cerda, 2014). En los dispositivos terapéuticos, los adolescentes entrevistados impregnan la relación de ayuda con un trauma que vicariamente fecunda al profesional entrenado en salud mental inhibiendo la cura del cuadro psicológico presente (Salvador, 2001; Losso, 2008).


Finalmente, el tercer tema asociado a la construcción de significados por niños y adolescentes migrantes se relaciona a poseer, disponer y gozar de un ambiente escolar inclusivo. En las expresiones de los niños y adolescentes pertenencientes a la muestra se evidenció que la posibilidad de una adecuada inclusión al contexto escolar se debe al país de procedencia. Los adolescentes argumentaron que el gentilicio criollo que les identifica es propenso a burlas, chistes y a la aparición de conductas discriminatorias a diferencia de otras nacionalidades. De igual forma, la inclusión del niño y joven migrante implica la integración de la familia a la comunidad educativa. Al permitir la diversidad cultural y gastronómica en una escuela o colegio se disminuye notablemente las acciones de abuso, maltrato e intimidación de algunos actores del entorno escolar y se respetan los derechos fundamentales de todos los individuos que conforman el espacio educativo, se generan menos desigualdades y se construye una horizontalidad en los aprendices.

Conclusiones:
En investigación cualitativa las conclusiones de un estudio no pueden ser generalizables a la población objeto del fenómeno estudiado, así que, un alcance nomotético de los resultados obtenidos no es posible.
Los niños y adolescentes migrantes conciben y dotan de significados al contexto escolar y, relacionan a este con un adecuado desarrollo de la inteligencia migratoria por parte del extranjero y los locales, también consideran que es de suma importancia poder contar con redes de apoyo presentes para generar un proceso de aculturación sin mayores perturbaciones y, señalan que los espacios educativos deben dotarse de programas y de diálogos inclusivos que permitan el goce pleno de la relación enseñanza-aprendizaje.


Se recomienda seguir ahondando en las variables que interfieren en la relación migración-escuela-colegio y emplear otros paradigmas de investigación. Por otra parte, se invita a futuros investigadores a emplear otras técnicas de recolección de información como la observación, historias de vida o grupos focales, estas pueden profundizar y ampliar los fenómenos estudiados en la presente investigación.

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doi: 10.30849/psinteram110 | Descarga el artículo de la versión PDF.

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