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La evaluación psicológica en Uruguay

La evaluación psicológica en Uruguay

Evelina Kahan y Susana Martínez. Instituto de Psicología Clínica, Facultad de Psicología, Universidad de la República

Introducción

En este capítulo se describe el lugar que la evaluación psicológica ocupa en el quehacer de los profesionales psicólogos en el Uruguay. Se realiza un recorrido histórico que ubica el uso de las técnicas de evaluación en la prehistoria misma de la profesión. El empleo de los test precede a la creación oficial de la psicología habiendo sido introducidos fundamentalmente por disciplinas de la educación primero y de la salud, después.

A partir del ingreso oficial de la psicología en el ámbito universitario es posible observar el lugar que ha ocupado en la formación de los psicólogos. Pueden también, ser identificados distintos momentos en cuanto al peso de la temática en las mallas curriculares, así como las diferentes denominaciones que fue adquiriendo, lo que se constituye en testimonio de los vaivenes teóricos y epistemológicos subyacentes. 

Los modelos teóricos prevalentes en relación al funcionamiento mental, así como los posicionamientos epistemológicos, tuvieron incidencia en los formatos que adquirió la evaluación, determinando incluso su propia denominación. Se asiste aún al día de hoy a una variedad de nominaciones para esta modalidad de práctica profesional. Evaluación psicológica, psicodiagnóstico, diagnóstico psicológico, estudio psicológico, psicotécnico, constituyen un derrotero semántico de conceptos, que si bien están emparentados no pueden considerarse necesariamente sinónimos pues revelan diferencias de enfoque en relación al tema.

Orígenes de la evaluación psicológica en el Uruguay 

El surgimiento de la Psicología en Uruguay puede ser ubicado entre fines de 1800 hasta mediados de 1900, vinculado a la reforma educativa impulsada por José Pedro Varela en la segunda mitad del S XIX llevada adelante por José Pedro Varela. Se caracterizó por ser una Psicología experimental, psicométrica y con posterioridad, funcionalista y por lo tanto el estudio de los test ocupaba un lugar relevante (Tuana citado en Oiberman, 2001, p. 27).

La tarea, abordada desde una perspectiva psicométrica y psicotécnica, tenía en sus inicios la finalidad de mejorar la enseñanza. Cabe mencionar que utilizaban como técnicas de evaluación psicológica la Revisión Stanford de la Escala de Inteligencia de Binet-Simon (1937), el Dibujo de la Figura Humana de Goodenough (1991), y cuestionarios sobre actividades e intereses, así como pruebas de rendimiento pedagógico en comprensión lectora y matemáticas (Tuana citado en Oiberman, 2001, p. 28). En las décadas del 40 y 50 en dicho Laboratorio de Psicopedagogía Experimental, participaron científicos extranjeros relevantes tales como el Dr. Emilio Mira y López, lo cual permitió el conocimiento del Psicodiagnóstico de Rorschach, el Psicodiagnóstico Miokinético (PMK), así como inventarios de personalidad y otras pruebas colectivas. Este laboratorio habilitó la formación de los primeros Psicotécnicos viajando muchos de ellos a profundizar su formación al exterior, fundamentalmente a Brasil.

Las técnicas empleadas, pedagógicas o intelectuales, pasaron a la orientación laboral en la Escuela Industrial, institución educativa pública de capacitación en oficios. Al comenzar a ganar espacio los test de aptitudes, se visualizó la utilidad de la evaluación para la descripción de habilidades específicas, lo que facilitó el tránsito de lo educativo a lo laboral y es así que el siguiente ámbito de aplicación fue la Fuerza Aérea Uruguaya para la selección de sus pilotos. 

Influencia del psicoanálisis en la evaluación psicológica y el psicodiagnóstico 

Al inicio los referentes teóricos eran variados, dando cuenta de los desarrollos de la época derivados tanto de la Psicometría Moderna representada por los aportes de Galton, Cattel y Binet (Meneses et al., 2013) como de los conceptos referidos a la psicología general desde distintas corrientes de pensamiento.

En la década del 50 comienza el auge del psicoanálisis en el Río de la Plata, fundándose primero, en 1942, la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y en 1955 la Asociación Psicoanalítica del Uruguay (APU). Algunos miembros fundadores de APU, integraban el Laboratorio de Psicopedagogía de Morey Otero y la Sección Psicotécnica de la Clínica Médico Psicológica del Hospital Pedro Visca, respectivamente (Mundell, 2022) por lo que el marco teórico psicoanalítico comenzó a incidir en la evaluación psicológica, ocupando un lugar más central la utilización de técnicas proyectivas en la evaluación psicológica, así como el valor de las entrevistas diagnósticas. A partir de este momento comienzan a utilizarse otras denominaciones para esta práctica psicológica como lo son la de psicodiagnóstico, estudio psicológico, diagnóstico psicológico y es de esta manera que comenzará a ser referida la actividad en la bibliografía especializada. 

Hasta la actualidad es incluso el modo en que se convoca el ejercicio profesional en esta área. Frecuentemente en los pedidos de consulta realizados en el medio uruguayo por otros profesionales suele leerse: ruego estudio psicológico, solicito test de inteligencia, realizar psicodiagnóstico, valoración atencional, estudio de nivel y personalidad, etc. En el ámbito de la clínica el modelo médico hegemónico es de gran pregnancia indudablemente. Sin embargo, tampoco los colectivos de psicólogos llegan a un consenso para denominar esta actividad, denunciando la variedad de los posicionamientos epistemológicos subyacentes. La incursión en otros ámbitos permite incluso ampliar aún más este espectro denominativo y así se asiste a una solicitud de estudio psicotécnico en el campo de la psicología laboral, asociado a la valoración psicológica realizada en el marco de la selección de personal. En el ámbito educacional, por su parte, serán escuchadas referencias al “test vocacional,” entre otras y en la psicología forense la especificidad del campo dará lugar a la nomenclatura “pericia psicológica” (Martínez, 2021).

A modo de síntesis

A lo largo del capítulo se van desarrollando aspectos vinculados a la historia de la evaluación psicológica, que pre existió y discurrió en paralelo con la evolución de la disciplina y su ejercicio en el Uruguay, marcando con fuerza la identidad profesional. 

El espacio ocupado por la temática en las mallas curriculares de los centros universitarios oficiales de formación, así como la denominación que adquiere, permite inferir modelos teóricos y perspectivas epistemológicas subyacentes.

El lugar ocupado en el actual currículo de grado de la licenciatura en Facultad de Psicología de la UdelaR muestra que el egresado, de perfil generalista, posee una formación obligatoria mínima sobre la técnica de la Entrevista Psicológica. Se ubica al inicio de la carrera (segundo semestre) con una duración de un único semestre. Los contenidos vinculados directamente con los test se encuentran promediando la formación bajo la denominación Herramientas de la Psicología Clínica (cuarto semestre). Ambas unidades curriculares, ya sea por su duración como por la altura del ciclo de formación en que se encuentran, solo pueden impartir contenidos muy básicos y reducidos. La profundización en la temática de la evaluación y el diagnóstico psicológico se ofrece en seminarios optativos al que solo pueden acceder un número muy acotado de estudiantes durante la formación de grado.

Esta realidad curricular podría llevar a la conclusión equivocada de que la evaluación psicológica ha perdido relevancia en el quehacer profesional. Sin embargo, sigue ocupando un lugar importante en los diversos ámbitos de ejercicio, habiendo ganado incluso nuevos terrenos como la evaluación neuropsicológica, la determinación de la aptitud psíquica para el porte de armas, entre otros. 

En Uruguay una dificultad para el uso de las técnicas, es la escasez de estudios normativos para el país. Por esta razón es necesario apelar a baremos construidos en otros países, lo cual contraviene las indicaciones de códigos internacionales en relación al uso de los test.

Se asiste en la actualidad a cierto desencuentro entre la demanda del mercado laboral y la formación curricular básica de los psicólogos. Si bien por primera vez se cuenta ahora con una Especialización en Evaluación Psicológica con tres perfiles diferenciados (clínico, laboral y forense), la misma alcanza a un número muy acotado de egresados.

La creación del Sistema Integrado Nacional de Salud y la intención de implementar el Plan de Salud Mental multiplica la creación de cargos de psicólogos, tanto en los Servicios de Salud Mental del Estado, como en las Instituciones de Atención Médica Colectivizadas del ámbito privado. Una de las consecuencias, ampliamente positiva, fue el aumento de la oferta laboral para los jóvenes psicólogos, que sin embargo no siempre cuentan con la formación necesaria para, por ejemplo, realizar evaluaciones psicológicas de calidad.

Estas transformaciones con las que se convive en las universidades, conlleva importantes desafíos e interpela respecto al perfilamiento de un área altamente específica del conocimiento psicológico que debe atender a nuevas demandas, a nuevos espacios en aras de la comprensión de la subjetividad humana con el objetivo de prevenir, intervenir e investigar. 

Referencias

Martínez, S. (en prensa). Las técnicas en la intervención diagnóstica: particularidades. En A. Tortorella (Comp.), Manual didáctico. Universidad de la República, Comisión Sectorial de Enseñanza.

Meneses, J. (Coord.). (2013). Psicometría. Universita Oberta de Catalunya.

Oiberman, A. (2001). Pioneros de la Psicología: Historias de vida … cuando la vida es historia. Entrevista a la Prof. Élida Tuana y al Prof. Juan Carlos Carrasco. En Psicodebate 3: Psicología, cultura y sociedad (pp. 29-44). Universidad de Palermo, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales.

Evelina Kahan eve.kahan@gmail.com; ekahan@psico.edu.uy 

Susana Martínez licsumart@gmail.com; sumart@psico.edu.uy 

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