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Impacto del género en los factores de riesgo cardiovascular en estudiantes universitarios post-COVID-19: Implicancias para la salud mental y el bienestar estudiantil.

Impacto del género en los factores de riesgo cardiovascular en estudiantes universitarios post-COVID-19: Implicancias para la salud mental y el bienestar estudiantil.

Andrea Velásquez Muñoz – andrea.velasquez@ulagos.cl

En el contexto post-pandémico, la salud cardiovascular y mental del estudiantado universitario ha adquirido una relevancia creciente. Nuestra investigación, recientemente publicada en la revista COVID (MDPI), exploró la relación entre género, estilos de vida, salud mental y factores de riesgo cardiovascular en 206 estudiantes universitarios de la Universidad de Los Lagos, Chile, durante el año 2023.

Mediante un diseño transversal de tipo descriptivo-correlacional, se evaluaron parámetros como índice de masa corporal, circunferencia de cintura, presión arterial, glicemia, consumo de alcohol y tabaco, calidad del sueño y niveles de estrés percibido. Los resultados revelaron importantes diferencias según el género: las mujeres presentaron mayores niveles de sedentarismo y obesidad abdominal, mientras que los hombres registraron una mayor prevalencia de hipertensión y glicemia elevada. Aunque no se hallaron diferencias significativas por sexo en el consumo de alcohol y tabaco, ambos indicadores se mantuvieron como factores de riesgo relevantes en la muestra.

Asimismo, se identificó una correlación significativa entre la calidad del sueño y el estrés percibido, lo que refuerza la estrecha conexión entre salud mental y condiciones fisiológicas. Estos hallazgos destacan la necesidad urgente de considerar el manejo del estrés como un eje estratégico en las políticas de prevención cardiovascular en el ámbito universitario. En particular, el estrés académico sostenido puede activar mecanismos fisiológicos —como el aumento de la presión arterial o la alteración del metabolismo glucémico— que elevan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, afectando de manera directa el bienestar integral del estudiantado.

Desde un enfoque psicoeducativo y preventivo, sostenemos que las universidades deben promover intervenciones integrales orientadas a la regulación emocional, el autocuidado y la adopción de hábitos saludables. Estas estrategias deben ser sensibles al género, considerando que mujeres y hombres enfrentan desafíos diferenciados en cuanto al sedentarismo, la autoexigencia, la carga de cuidados o la expresión emocional.

Elementos como la actividad física regular, el sueño reparador, la alimentación balanceada y el uso de técnicas basadas en evidencia tales como técnicas de relajación, mindfulness, escritura terapéutica o reestructuración cognitiva deberían integrarse al currículo de salud universitaria como herramientas para fortalecer el bienestar psicológico y físico. En este sentido, la incorporación de estrategias propias de la psicología positiva como el cultivo de emociones positivas, la gratitud, la identificación de fortalezas personales o las autoafirmaciones pueden potenciar significativamente la resiliencia y el afrontamiento saludable frente al estrés académico. La implementación de estas intervenciones contribuiría a reducir brechas de género, aumentar la resiliencia y generar ambientes de aprendizaje más inclusivos y comprometidos con el cuidado integral del estudiantado.

En síntesis, nuestra investigación aporta evidencia empírica robusta sobre la interrelación entre salud mental y cardiovascular, proponiendo un modelo de abordaje interdisciplinario con potencial transformador para las políticas de salud estudiantil en educación superior.

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Impacto de género en los factores de riesgo cardiovascular en estudiantes universitarios post-COVID-19: implicaciones para la salud mental y el bienestar estudiantil

In the post-pandemic context, the cardiovascular and mental health of university students has gained increasing relevance. Our research, recently published in the journal COVID (MDPI), explored the relationship between gender, lifestyle, mental health, and cardiovascular risk factors in 206 university students from the Universidad de Los Lagos, Chile, during 2023.

Mediante un diseño transversal descriptivo-correlacional, se evaluaron parámetros como el índice de masa corporal, la circunferencia de la cintura, la presión arterial, los niveles de glucosa, el consumo de alcohol y tabaco, la calidad del sueño y el estrés percibido. Los resultados revelaron diferencias significativas de género: las estudiantes femeninas mostraron mayores niveles de sedentarismo y obesidad abdominal, mientras que los estudiantes varones presentaron una mayor prevalencia de hipertensión y glucosa elevada. Aunque no se encontraron diferencias significativas de género en el consumo de alcohol y tabaco, ambos siguieron siendo factores de riesgo relevantes dentro de la muestra.

A significant correlation was also found between sleep quality and perceived stress, reinforcing the close connection between mental health and physiological conditions. These findings highlight the urgent need to address stress management as a strategic axis in cardiovascular prevention policies in university settings. In particular, sustained academic stress may activate physiological mechanisms such as increased blood pressure or altered glucose metabolism that raise the risk of cardiovascular disease, directly impacting students’ overall wellbeing.

From a psychoeducational and preventive perspective, we argue that universities should promote comprehensive interventions aimed at emotional regulation, self-care, and the adoption of healthy habits. These strategies should be gender-sensitive, recognizing that women and men face different challenges in terms of sedentary lifestyles, self-demand, caregiving responsibilities, or emotional expression.

Elements such as regular physical activity, restorative sleep, balanced nutrition, and the use of evidence-based techniques such as relaxation techniques, mindfulness, therapeutic writing, or cognitive restructuring should be integrated into university health curricula as tools to strengthen both psychological and physical wellbeing. In this regard, the inclusion of positive psychology strategies such as the cultivation of positive emotions, gratitude, identification of personal strengths, or self-affirmations can significantly enhance resilience and healthy coping with academic stress. Implementing such interventions could help reduce gender gaps, increase resilience, and foster more inclusive and supportive learning environments committed to holistic student care.

In summary, our research provides robust empirical evidence on the interrelation between mental and cardiovascular health and proposes an interdisciplinary approach with transformative potential for student health policies in higher education.

Referencias – References:

Wechsler, S. M., Pereira, V. L., & Delou, M. C. (2024). Educating the gifted in Brazil: analysis from a learning-resource perspective. Cogent Education, 11(1), 2327761. https://doi.org/10.1080/2331186X.2024.2 327761

Velásquez-Muñoz, A., & Acosta Sepúlveda, R. (2025). Impacto del género en los factores de riesgo cardiovascular en estudiantes universitarios post-COVID-19. COVID, 5(4), 49. https://doi.org/10.3390/covid5040049

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